Timoteo Ogando
El general Timoteo Ogando es el único combatiente de la historia dominicana que participó en los tres eventos más importantes que sirvieron de plataforma a la creación y consolidación de la República Dominicana a partir del trabucazo de la Independencia el 27 de Febrero de 1844.
Fue figura sobresaliente que estuvo al pie del cañón en la guerra de la independencia, en la guerra de la Restauración de la República y en la Guerra de los Seis Años que impidió la anexión a los Estados Unidos.
Nativo de la sección Pedro Corto de San Juan, era hijo de los señores Juan Ogando Montero y María Catalina Encarnación, matrimonio que tuvo 12 hijos, nueve de los cuales murieron en las luchas por la independencia nacional. Ninguna otra familia dominicana ha hecho un aporte en sangre tan significativo y trascendente a la patria como la Ogando, y es necesario que por ello ocupe un puesto de honor en la historia dominicana.
Timoteo Ogando es considerado como uno de los principales héroes independentistas nacidos en el Sur, por su contribución a la derrota del ejército haitiano en la batalla de Santomé en el mes de diciembre de 1855, liderada por el general José María Cabral y Luna, quien al final de esa jornada, por su valentía y destreza en el uso del fusil, la carabina y el machete, recomendó que se le ascendiera a Capitán del Ejército. A partir de este acontecimiento, se iría convirtiendo en una figura pública de incuestionable capacidad de mando y autoridad militar, jalonando un rosario de combates victoriosos frente a los haitianos, los españoles y los malos dominicanos anexionistas.
En 1861, cuando se produce la anexión a España por el general Pedro Santana, Timoteo Ogando cierra filas junto a los patriotas que deciden enfrentar ese acto de traición a la nación dominicana. Previamente había ocurrido en Moca el levantamiento del coronel José Contreras y Cayetano Germosén, el 2 de mayo de 1861, quienes tomaron por asalto un cuartel militar proclamando la restauración de la República, aunque más tarde fueron apresados y fusilados junto a otras 23 personas, por las tropas del General Juan Suero, por orden del General Santana.
Timoteo Ogando entra en acción luego de la proclama del patricio Francisco del Rosario Sánchez, quien al momento de la anexión, se encontraba en el exilio y tan pronto se enteró de la noticia viajó hacia Haití, el 1ro. de Junio de 1861 penetró a territorio dominicano por la frontera Sur, siendo vilmente traicionado por el Cercado por Santiago de Oleo, luego de advertir que las tropas aliadas al patricio de José María Cabral y Luna que ocuparan Las Matas de Farfán, había tocado el clarín de la retirada hacia Haití dejando solo al hombre que el 27 de Febrero de 1844 le correspondió la gloria de izar pro primera vez la bandera nacional. En la ocasión, el capitán Ogando estaba a poca distancia de la loma Juan Cruz, donde Sánchez fue herido de dos disparos y de inmediato asistió a socorrerlo con la intención de montarlo a su caballo y salvarle la vida cruzando la frontera; sin embargo, el Padre de la Patria rehusó el salvamento con estas palabras: “Mucho le agradezco, generoso amigo, su espontáneo ofrecimiento, pero aceptarlo, sería indigno de mí. Mientras haya en peligro un solo de los que me acompañaron en esta desgraciada empresa, no he de abandonarle”. (Relato del propio Timoteo Ogando a Don Andrés Julio Montolío, en 1905). En esas circunstancias, Timoteo Ogando, decide evadir la emboscada para sacar a otros combatientes, entre los que se encontraba el trinitario Pedro Alejandro Pina, mientras Sánchez era hecho prisionero y fusilado junto a veinte de sus compañeros el 4 de julio de 1861, en San Juan.
Timoteo Ogando vuelve a trascender en la guerra de la Restauración de la República, iniciada el 16 de agosto de 1863, bajo la dirección de los generales Gaspar Polanco, Benito Monción, Santiago Rodríguez, Matías Ramón Mella; Pepillo Salcedo, Gregorio Luperón y otros. Se destaca en los combates del Frente Sur, y es calificado por el General Luperón como el “Primer Guerrillero del Sur”, por sus habilidades en el manejo de las armas, desarrollando una característica muy especial: el dominio de la guerra de guerrillas mediante ataques sorpresivos y contundentes al ejército haitiano que duplicaba en armamentos y personal a los combatientes dominicanos. Con esa estrategia lograría que la insurgencia saliera victoriosa del Sur.
El Boletín Oficial de la Guerra Restauradora del 4 de enero de 1864, recoge la capacidad de lucha del general Timoteo Ogando y el general Juan Rondón, quienes atacaron a los enemigos anexionistas y les causaron estragos a sus tropas obligándolos a desocupar la ciudad de San Juan. Para ese momento, su hermano, el general Andrés Ogando, con el rango de Teniente del ejército, combatía bajo sus órdenes, con la orientación del general José María Cabral y Luna. Igualmente formaron parte de las tropas del Sur otros de sus hermanos: Pedro, Benito, Juan, Víctor, Victoriano, Enemesio, Gregorio, Fermín, Manuel María y Domingo Ogando.
El escritor, ensayista y poeta Carlos Agramonte, en su libro biográfico “El General Timoteo Ogando”, señala lo siguiente: “Se llenó de gloria en la batalla de La Canela (5 de diciembre de 1864), donde, junto al general José María Cabral, lograron una gran victoria sobre las fuerzas enemigas. En este combate el general Timoteo Ogando luchó cuerpo a cuerpo con dos y tres soldados al mismo tiempo y los dejaba tendidos en un charco de sangre de sus propios cuerpos...”
Pasada la Guerra Restauradora, el general Timoteo Ogando, durante el gobierno de su amigo el general José María Cabral, fue nombrado Gobernador Político y Militar de Azua en el año 1866, y su hermano Andrés, recién ascendido general, fue designado Jefe Comunal de San Juan de la Maguana, y más luego, Jefe de la común de Neyba, en 1867.
La lucha libertaria de los Ogando no tuvo tregua y continuó durante el gobierno de Buenaventura Báez, cuando se intentó anexar el territorio nacional a los Estados Unidos provocando la Guerra de los Seis Años, de 1868 hasta 1874.
En efecto, correspondió al general Timoteo Ogando y sus hermanos iniciar la resistencia contra la anexión en Rancho Mateo, conformando un pequeño ejército guerrillero cuyo primer combate se efectuó en Boca de Cachón, donde fueron derrotados. Pero este revés no les amilana y en breve tiempo se preparan para reiniciar la lucha, y contando con la ayuda de Gregorio Luperón y José María Cabral, máximos dirigentes del Partido Azul, asumen la dirección militar del Sur y a partir de entonces se intensifica su participación en la Guerra de los Seis Años.
En sus “Notas Autobiográficas e Historia de la Restauración”, el General Luperón señala en la página 124 lo siguiente: “La revolución en el Sur bajo la dirección del General Timoteo Ogando, ganaba terreno y considerable número de prosélitos. Cabral encontró en San Juan una fuerza respetable, bien organizada y con todos los habitantes de Línea unificados en un solo pensamiento: derrocar a Báez y salvar la Patria. Tenía decisión y valor”.
Los guerrilleros se apoderaron de Las Matas de Farfán y de Neiba, mientras el General Cabral, a finales del año 1871, ponía fin al gobierno de Báez y asumió la presidencia de la República.
¡Loor a la memoria de estos insignes héroes sanjuaneros que mantuvieron el dominio militar contra los enemigos de la Patria!
Referencias:
http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2012/5/19/233084/Hijos-de-la-Patria
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